La borrasca Gloria destroza las playas de Barcelona

Se la esperaba el viernes por la tarde-noche y llegó. En cualquier caso, durante esas primeras horas aguantó algo el tipo y no se desató como sí lo hizo este lunes, lo que llevamos de martes y se espera que todavía continúe algunas horas más durante el miércoles y empiece a remitir algo o bastante de cara al final de esta semana. Los efectos materiales de esta borrasca son considerables sobre la capital catalana y, más, todavía en otras latitudes como en la zona del Ebro -donde sus efectos han causado verdaderos estragos sobre el delta y los cultivos de arroz (las pérdidas pueden ser cuantiosas)- así como en otros puntos, con el desbordamiento de ríos y rieras que incluso han cubierto carreteras cerrando la circulación. En Girona, el río Onyar está cerca ya de su máxima capacidad (aunque, por lo oído de boca de los expertos, todavía algo lejos de niveles que pudieran ser críticos).

En Barcelona, ciudad, ayer por la tarde y ante la situación vivida nos fuimos precisamente hacia la zona del frente marítimo. De camino, decenas de ramas arrancadas de los árboles sobre las aceras. Viento fuerte, frío, incómodo. Presencia de coches de la guardia urbana y de emergencias. Por momentos, ruido de sirenas. Según leemos, se han registrado ya más de 4.000 llamadas en toda Catalunya de ciudadanos a los servicios de emergencias para informarse sobre el alcance de esta borrasca.

En la zona de la Vila Olímpica, olas espectaculares, poderosas, fieras, sobrepasaban los límites de los rompeolas alcanzo alturas entre los cuatro y seis metros, e incluso por encima. Durante el paseo, pasarelas de madera rotas. Unas bicicletas de una empresa de alquiler, sobrevivían al embite del viento a duras penas cediendo y perdiendo consistencia. Olas que se comían la arena hasta llegar a los restaurantes.

Al fondo, en la zona de ejercicios, algunos chicos tomando fotos y otros, haciendo algunas flexiones. Los accesos a las partes de los rompeolas cerradas por vallas de hierro con el emblema del Ayuntamiento. Gaviotas luchando contra la fuerza del aire, con las alas desplegadas y evidentes esfuerzos y sin apenas desplazarse, neutralizadas por la fuerza del aire que podía llegar según el lugar y el momento a los 100 kilómetros/hora o incluso más. Un rato tomando fotos, manos heladas hasta el punto de hacer daño. Cielo y luces que iban perdiendo fuerza. Muchos curiosos, aunque la mayoría con bastante sentido común y alejados de las partes más problemáticas.

De regreso, en un parque, un árbol caído descansando, vencido, sobre la arena. En las zonas de montaña, espesor de nieve pudiendo alcanzar los 20 centímetros donde su presencia no es particulamrente usual. Más de 50.000 escolares, solo en Catalunya, no fueron el martes al colegio. En toda la Península, alerta en más de 30 provincias y, por desgracia, hasta la fecha 4 muertos por causas asociadas al temporal. Una de ellas, en Gandía, que vivía en la calle. Desde todos los departamentos, se aconseja precaución y limitar los desplazamientos. Fechas complicadas a la espera que todo pase y lo haga, dentro de lo que cabe ya, dentro de las mejores condiciones posibles.

(Aquí os dejamos algunas de las fotos tomadas durante estos días en Barcelona)


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